Muchos pacientes de edad avanzada tienen prescripciones de agentes sedantes para ayudarles a dormir. La Universidad de Michigan y la AARP llevaron a cabo la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Saludable, en la que se descubrió que el 8% de los adultos mayores toma un medicamento para dormir con receta cada noche. Alrededor del 23% de los que declaran tener problemas para dormir la mayoría de las noches de la semana toman regularmente medicamentos para dormir.
Esto es motivo de preocupación, ya que los pacientes de edad avanzada suelen ser más susceptibles a los efectos sedantes de estos medicamentos.
- Dado que muchos de estos pacientes se despiertan y se levantan de la cama durante la noche, existe un mayor riesgo de caídas. Dado que 1 de cada 10 caídas puede dar lugar a lesiones graves (incluidos traumatismos craneoencefálicos importantes y fracturas que requieren hospitalización), es importante reducir este riesgo siempre que sea posible en esta población.
- Además, los medicamentos hipnóticos (incluido el zolpidem) también se han asociado a la demencia y posiblemente a un mayor riesgo de cáncer o muerte.
Los Criterios de Beers® de la Sociedad Americana de Geriatría (AGS) de 2019 recomiendan encarecidamente limitar el uso de zolpidem, benzodiazepinas y otros hipnóticos para el tratamiento del insomnio en los adultos mayores.
En el caso de los pacientes de edad avanzada deben utilizarse intervenciones más eficaces y menos arriesgadas. Entre ellas se encuentran la higiene del sueño, la terapia cognitivo-conductual (TCC), las técnicas de relajación/conciencia plena, la terapia de restricción del sueño, el entrenamiento con ejercicios, etc.