Las 10 recomendaciones de buenas prácticas son las siguientes
- Para todos los pacientes que toman IBP, los médicos de atención primaria deben realizar una revisión periódica de las indicaciones de uso en curso y documentar cualquier indicación de uso continuado.
- Debe considerarse la posibilidad de desprescribir a los pacientes que toman IBP crónicos sin una indicación definitiva.
- La mayoría de los pacientes que toman una dosis de IBP dos veces al día deben ser considerados para una dosis reducida de una vez al día.
- Los IBP no deben suspenderse en aquellos pacientes con ERGE complicada, incluidos los que tienen una historia previa de estructura péptica grave, úlceras esofágicas o esofagitis erosiva,
- Tampoco debe considerarse un ensayo de desprescripción de IBP para aquellos con esofagitis eosinofílica, fibrosis pulmonar idiopática o esófago de Barrett, donde se ha demostrado que disminuye el riesgo de adenocarcinoma esofágico
- Los médicos deben utilizar una estrategia basada en la evidencia que evalúe el riesgo de hemorragia digestiva alta antes de realizar un ensayo de desprescripción: los pacientes de riesgo pueden ser aquellos con antecedentes de este tipo de hemorragias y los que toman múltiples antitrombóticos, entre otros.
- Si los pacientes tienen un alto riesgo de sufrir hemorragias digestivas altas, como los que padecen el raro síndrome de Zollinger-Ellison, no deben suspender los IBP.
- Debido a la hipersecreción ácida de rebote, los médicos deben advertir a los que suspenden los IBP a largo plazo (más de 8 semanas) del riesgo de síntomas gastrointestinales superiores transitorios.
- La interrupción brusca o la disminución de la dosis pueden utilizarse para desprescribir los IBP
- Las decisiones de desprescripción deben basarse únicamente en la ausencia de una indicación de uso de IBP, y no en la preocupación por los posibles efectos adversos asociados a los IBP.
Fuente: Extraído de sciencedirect.com/science/article/pii/S001650852104083X