La incontinencia urinaria afecta a millones de personas mayores y puede repercutir significativamente en su bienestar físico, emocional y social. Sin embargo, muchos pacientes no lo mencionan, a menudo por vergüenza o porque creen que es una parte normal del envejecimiento.
Al abordar el control de la vejiga de forma proactiva, los proveedores tienen la oportunidad de identificar los problemas a tiempo, ofrecer opciones de tratamiento eficaces y ayudar a mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Cuando los pacientes se sienten escuchados, respetados y apoyados, se obtienen mejores resultados en todo el proceso asistencial.
Le animamos a que incorpore las conversaciones sobre el control de la vejiga a los cuidados rutinarios, especialmente con los adultos mayores y los pacientes de alto riesgo. Incluso las conversaciones breves pueden marcar una diferencia significativa. Muchos casos de incontinencia son tratables con una intervención temprana, y los pacientes suelen sentir alivio cuando su proveedor inicia la conversación.
Tenga en cuenta estas medidas prácticas durante las visitas:
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Formular preguntas abiertas sobre la salud de la vejiga como parte de las evaluaciones rutinarias.
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Normaliza el tema explicando lo común que es la incontinencia, especialmente con la edad.
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Examinar a las poblaciones de alto riesgo, incluidos los hombres y mujeres de edad avanzada, las personas con enfermedades crónicas y las que toman determinados medicamentos.
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Tranquilizar sobre la disponibilidad de opciones de tratamiento, que suelen ser eficaces.
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Documentar y hacer un seguimiento de los problemas de salud de la vejiga en futuras citas.
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Educar a los pacientes sobre estrategias de estilo de vida, ejercicios del suelo pélvico y cuándo buscar atención especializada.
Un enfoque proactivo y empático puede mejorar la salud, reducir las complicaciones y aumentar la satisfacción del paciente.
Gracias por su compromiso constante con la prestación de una atención de alta calidad centrada en el paciente.


